martes, septiembre 19, 2006

Etnocentrismo.

Siempre me ha llamado la atención la capacidad de determinados individuos o colectivos para apropiarse de ideas y descubrimientos ajenos. Es obvio que los científicos y pensadores centro-europeos se han auto-denominado herederos del saber helénico sin rubor alguno, descartando la ciencia y tecnología ajenas a su estrecho círculo e ignorándola sistemáticamente.



Pero es muy necesario que los descubrimientos de arqueólogos e historiadores pongan a cada uno en su lugar y se reivindique el verdadero orígen gran parte del saber actual, no siempre ubicado a orillas del mediterráneo o en la cuenca del Rhin.

Chinos, nativos americanos, árabes... fueron vanguardia en ciencia y tecnología en épocas en las que Europa estaba sumida en el caos y el oscurantismo. Muchos de esos conocimientos son atribuidos erróneamente al primer occidental que los documentó, aunque ya existieran pruebas en contra con varios siglos de antigüedad. Es un hecho perdonable hace unos siglos, pero al que ahora deberíamos intentar poner remedio, si ello es todavía posible.

He encontrado este interesante artículo en el que se revisan las aportaciones de los matemáticos árabes a la ciencia, destruyendo el prejuicio que reduce su papel al de simples "convervadores" del saber griego.

Una visión más universal del mundo que nos rodea nos hará menos estúpidos (y mejores personas)